Josemaría Escrivá Obras
319

Dios mío, ¡qué fácil es perseverar, sabiendo que Tú eres el Buen Pastor, y nosotros —tú y yo...— ovejas de tu rebaño!

    —Porque bien nos consta que el Buen Pastor da su vida entera por cada una de sus ovejas.

Anterior Ver capítulo Siguiente