Josemaría Escrivá Obras
324

La fe verdadera se descubre por la humildad.

    Dicebat enim intra se —decía aquella pobrecita mujer dentro de sí: si tetigero tantum vestimentum eius, salva ero —con sólo que toque la orla de su vestidura, quedaré sana.

    —¡Qué humildad la suya, fruto y señal de su fe!

Anterior Ver capítulo Siguiente