388

¡Oh, Jesús! Si, siendo ¡como he sido! —pobre de mí—, has hecho lo que has hecho…; si yo correspondiera, ¿qué harías?

Esta verdad te ha de llevar a una generosidad sin tregua.

Llora, y duélete con pena y con amor, porque el Señor y su Madre bendita merecen otro comportamiento de tu parte.

Este punto en otro idioma