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Hay momentos en que —privado de aquella unión con el Señor, que te daba continua oración, aun durmiendo— parece que forcejeas con la Voluntad de Dios.

—Es flaqueza, bien lo sabes: ama la Cruz; la falta de tantas cosas que todo el mundo juzga necesarias; los obstáculos para emprender o… seguir el camino; tu pequeñez misma y tu miseria espiritual.

—Ofrece —con querer eficaz— lo tuyo y lo de los tuyos: humanamente visto, no es poco; con luces sobrenaturales, es nada.

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