Josemaría Escrivá Obras
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La primera condición de la oración es la perseverancia; la segunda, la humildad.

    —Sé santamente tozudo, con confianza. Piensa que el Señor, cuando le pedimos algo importante, quizá quiere la súplica de muchos años. ¡Insiste!..., pero insiste siempre con más confianza.

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