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Te empeñas en andar solo, haciendo tu propia voluntad, guiado exclusivamente por tu propio juicio… y, ¡ya lo ves!, el fruto se llama "infecundidad".

Hijo, si no rindes tu juicio, si eres soberbio, si te dedicas a "tu" apostolado, trabajarás toda la noche —¡toda tu vida será una noche!—, y al final amanecerás con las redes vacías.

Referencias a la Sagrada Escritura
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