Josemaría Escrivá Obras
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Te entendí bien, cuando concluías: decididamente casi no llego a borrico..., al borrico que fue el trono de Jesús para entrar en Jerusalén: me quedo formando parte del montoncillo vil de trapos sucios, que desprecia el trapero más pobre.

    Pero te comenté: sin embargo, el Señor te ha elegido y quiere que seas instrumento suyo. Por eso, el hecho —real— de verte tan miserable, ha de convertirse en una razón más, para agradecer a Dios su llamada.

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