789

Después del Santo Sacrificio, has visto cómo de tu Fe y de tu Amor —de tu penitencia, de tu oración y de tu actividad— dependen en buena parte la perseverancia de los tuyos y, a veces, aun su vida terrena.

—¡Bendita Cruz, que llevamos mi Señor Jesús —El—, y tú, y yo!

Este punto en otro idioma