Intrigas, interpretaciones miserables cortadas a medida del corazón villano que interpreta, susurraciones cobardes... Es una escena desgraciadamente repetida en los distintos ambientes: ni trabajan, ni dejan trabajar.
Medita despacio aquellos versos del salmo: "Dios mío, he llegado a ser extraño para mis hermanos, y forastero para los hijos de mi madre. Porque el celo de tu casa me devoró, y los oprobios de los que te ultrajan cayeron sobre mí"..., y continúa trabajando.