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Sacrifícate, entrégate, y trabaja con las almas una a una, como se tratan una a una las joyas preciosas.

—Más aún, has de poner mayor empeño, porque está en juego algo de valor incomparable: el objeto de esa atención espiritual es preparar buenos instrumentos para el servicio de Dios, que han costado a Cristo, ¡cada uno!, toda su Sangre.

Referencias a la Sagrada Escritura
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