973

Dentro de la gran muchedumbre humana —nos interesan todas las almas— has de ser fermento, para que, con la ayuda de la gracia divina y con tu correspondencia, actúes en todos los lugares del mundo como la levadura, que da calidad, que da sabor, que da volumen, con el fin de que luego el pan de Cristo pueda alimentar a otras almas.

Este punto en otro idioma