No podía ser más sencilla la manera de llamar Jesús a los primeros doce: “ven y sígueme”.
Para ti, que buscas tantas excusas con el fin de no continuar esa tarea, se acomoda como el guante a la mano la consideración de que muy pobre era la ciencia humana de aquellos primeros; y, sin embargo, ¡cómo removieron a quienes les escuchaban!
—No me lo olvides: la labor la sigue haciendo El, a través de cada uno de nosotros.