249

¡Sacrificio, sacrificio! —Es verdad que seguir a Jesucristo —lo ha dicho El— es llevar la Cruz. Pero no me gusta oír a las almas que aman al Señor hablar tanto de cruces y de renuncias: porque, cuando hay Amor, el sacrificio es gustoso —aunque cueste— y la cruz es la Santa Cruz.

—El alma que sabe amar y entregarse así, se colma de alegría y de paz. Entonces, ¿por qué insistir en “sacrificio”, como buscando consuelo, si la Cruz de Cristo —que es tu vida— te hace feliz?

Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma