Josemaría Escrivá Obras
304

Los hombres mundanos se afanan para que las almas pierdan cuanto antes a Dios; y luego, para que pierdan el mundo... No aman este mundo nuestro, ¡lo explotan, pisoteando a los demás!

—¡Que no seas tú también víctima de ese doble timo!

Anterior Ver capítulo Siguiente