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¡Qué claramente veo ahora que la “santa desvergüenza” tiene su raíz, muy honda, en el Evangelio! Cumple la Voluntad de Dios…, acordándote de Jesús difamado, de Jesús escupido y abofeteado, de Jesús llevado ante los tribunales de hombrecillos…, ¡¡y de Jesús callado!! —Propósito: abajar la frente a los ultrajes y —contando también con las humillaciones que, sin duda, vendrán— proseguir la tarea divina, que el Amor Misericordioso de Nuestro Señor ha querido encomendarnos.

Referencias a la Sagrada Escritura
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