Josemaría Escrivá Obras
628

Deja que se consuma tu alma en deseos... Deseos de amor, de olvido, de santidad, de Cielo... No te detengas a pensar si llegarás alguna vez a verlos realizados —como te sugerirá algún sesudo consejero—: avívalos cada vez más, porque el Espíritu Santo dice que le agradan los “varones de deseos”.

Deseos operativos, que has de poner en práctica en la tarea cotidiana.

Anterior Ver capítulo Siguiente