881
«Non habemus hic manentem civitatem» —no se halla en esta tierra nuestra morada definitiva. —Y, para que no lo olvidemos, aparece con crudeza, a veces, esta verdad a la hora de la muerte: incomprensión, persecución, desprecio… —Y siempre la soledad, porque —aunque estemos rodeados de cariño— cada uno muere solo.
—¡Soltemos ya todas las amarras! Preparémonos de continuo para ese paso, que nos llevará a la presencia eterna de la Trinidad Santísima.
Materias
Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/surco/881/ (28/03/2024)