Lista de puntos

Hay 3 puntos en «Amigos de Dios» cuya materia es Iglesia.

Dios nos quiere santos

Vosotros y yo formamos parte de la familia de Cristo, porque Él mismo nos escogió antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha en su presencia por la caridad, habiéndonos predestinado como hijos adoptivos por Jesucristo, a gloria suya, por puro efecto de su buena voluntad5. Esta elección gratuita, que hemos recibido del Señor, nos marca un fin bien determinado: la santidad personal, como nos lo repite insistentemente San Pablo: haec est voluntas Dei: sanctificatio vestra6, esta es la Voluntad de Dios: vuestra santificación. No lo olvidemos, por tanto: estamos en el redil del Maestro, para conquistar esa cima.

He predicado constantemente esta posibilidad, sobrenatural y humana, que Nuestro Padre Dios pone en las manos de sus hijos: participar en la Redención operada por Cristo. Me llena de alegría encontrar esta doctrina en los textos de los Padres de la Iglesia. San Gregorio Magno precisa: «Los cristianos quitan las serpientes, cuando desarraigan el mal del corazón de los demás con su exhortación al bien... La imposición de las manos sobre los enfermos para curarlos, se da cuando se observa que el prójimo se debilita en la práctica del bien y se le ofrece ayuda de mil maneras, robusteciéndole en virtud del ejemplo. Estos milagros son tanto más grandes en cuanto que suceden en el campo espiritual, trayendo la vida no a los cuerpos sino a las almas. También vosotros, si no os abandonáis, podréis obrar estos prodigios, con la ayuda de Dios»20.

Dios quiere que todos se salven: esto es una invitación y una responsabilidad, que pesan sobre cada uno de nosotros. La Iglesia no es un reducto para privilegiados. «¿Acaso la gran Iglesia es una exigua parte de la tierra? La gran Iglesia es el mundo entero»21. Así escribía San Agustín, y añadía: «A cualquier sitio que te dirijas, allí está Cristo. Tienes por heredad los confines de la tierra; ven, poséela toda conmigo»22. ¿Os acordáis de cómo estaban las redes? Cargadas hasta rebosar: no cabían más peces. Dios espera ardientemente que se llene su casa23; es Padre, y le gusta vivir con todos sus hijos alrededor.

Que la Madre de Dios y Madre nuestra nos proteja, con el fin de que cada uno de nosotros pueda servir a la Iglesia en la plenitud de la fe, con los dones del Espíritu Santo y con la vida contemplativa. Cada uno realizando los deberes personales, que le son propios; cada uno en su oficio y profesión, y en el cumplimiento de las obligaciones de su estado, honre gozosamente al Señor.

Amad a la Iglesia, servidla con la alegría consciente de quien ha sabido decidirse a ese servicio por Amor. Y si viésemos que algunos andan sin esperanza, como los dos de Emaús, acerquémonos con fe –no en nombre propio, sino en nombre de Cristo–, para asegurarles que la promesa de Jesús no puede fallar, que Él vela por su Esposa siempre: que no la abandona. Que pasarán las tinieblas, porque somos hijos de la luz49 y estamos llamados a una vida perdurable.

Y Dios enjugará de sus ojos todas las lágrimas, no habrá ya muerte, ni llanto ni alarido; no habrá más dolor, porque las cosas de antes son pasadas. Y dijo el que estaba sentado en el solio: he aquí que renuevo todo. Y me indicó: escribe, porque todas estas palabras son dignísimas de fe, y verdaderas. Y añadió: esto es un hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al sediento, le daré de beber graciosamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere poseerá todas estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo50.

Notas
5

Eph I, 4-5.

6

1 Thes IV, 3.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
20

S. Gregorio Magno, Homiliae in Evangelia, 29, 4 (PL 76, 1215-1216).

21

S. Agustín, Enarrationes in Psalmos, 21, 2, 26 (PL 36, 177).

22

S. Agustín, Enarrationes in Psalmos, 21, 2, 30 (PL 36, 180).

23

Cfr. Lc XIV, 23.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
49

Cfr. Eph V, 8.

50

Apoc XXI, 4-7.

Referencias a la Sagrada Escritura