Lista de puntos
Aleja de ti esos pensamientos inútiles que, por lo menos, te hacen perder el tiempo.
Eres curioso y preguntón, oliscón y ventanero: ¿no te da vergüenza ser, hasta en los defectos, tan poco masculino? —Sé varón: y esos deseos de saber de los demás trócalos en deseos y realidades de propio conocimiento.
Estudio. —Obediencia: «non multa, sed multum».
Trabaja. —Cuando tengas la preocupación de una labor profesional, mejorará la vida de tu alma: y serás más varonil, porque abandonarás ese «espíritu de chinchorrería» que te consume.
Disipación. —Dejas que se abreven tus sentidos y potencias en cualquier charca. —Así andas tú luego: sin fijeza, esparcida la atención, dormida la voluntad y despierta la concupiscencia.
—Vuelve con seriedad a sujetarte a un plan, que te haga llevar vida de cristiano, o nunca harás nada de provecho.
Si tuvieras presentes a tu Ángel y a los Custodios de tus prójimos evitarías muchas tonterías que se deslizan en la conversación.
No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio: por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra.
—Ojalá seas como un viejo sillar oculto en los cimientos, bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/1351/ (04/05/2024)