Lista de puntos
Leíamos —tú y yo— la vida heroicamente vulgar de aquel hombre de Dios. —Y le vimos luchar, durante meses y años (¡qué «contabilidad», la de su examen particular!), a la hora del desayuno: hoy vencía, mañana era vencido... Apuntaba: «no tomé mantequilla..., ¡tomé mantequilla!»
Ojalá también vivamos —tú y yo— nuestra... «tragedia» de la mantequilla.
El minuto heroico. —Es la hora, en punto, de levantarte. Sin vacilación: un pensamiento sobrenatural y... ¡arriba! –El minuto heroico: ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no debilita tu naturaleza.
¿Oyes? —En otro estado, en otro lugar, en otro grado y oficio harías mucho mayor bien. —¡Para hacer lo que haces no hace falta talento!...
Pues yo te digo: donde te han puesto agradas a Dios..., y eso que venías pensando es claramente sugestión infernal.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/1673/ (08/05/2024)