Lista de puntos

Hay 11 puntos en «Camino» cuya materia es Muerte.

¿Soberbia? —¿Por qué?... Dentro de poco —años, días— serás un montón de carroña hedionda: gusanos, licores malolientes, trapos sucios de la mortaja..., y nadie, en la tierra, se acordará de ti.

Si eres apóstol, la muerte será para ti una buena amiga que te facilita el camino.

¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú.

¿No has oído con qué tono de tristeza se lamentan los mundanos de que «cada día que pasa es morir un poco»?

Pues, yo te digo: alégrate, alma de apóstol, porque cada día que pasa te aproxima a la Vida.

A los «otros», la muerte les para y sobrecoge. —A nosotros, la muerte —la Vida— nos anima y nos impulsa.

Para ellos es el fin: para nosotros, el principio.

No tengas miedo a la muerte. —Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. —No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. —¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte!

¿Qué pieza del mundo se desquiciará si yo falto, si muero?

¿Ves cómo se deshace materialmente, en humores que apestan, el cadáver de la persona querida? —Pues, ¡eso es un cuerpo hermoso! —Contémplalo y saca consecuencias.

Aquellos cuadros de Valdés Leal, con tanta carroña distinguida —obispos, calatravos— en viva podredumbre, me parece imposible que no te muevan.

Pero ¿y el gemido del duque de Gandía: no más servir a señor que se me pueda morir?

Me hablas de morir «heroicamente». —¿No crees que es más «heroico» morir inadvertido en una buena cama, como un burgués..., pero de mal de Amor?

Tú —si eres apóstol— no has de morir. —Cambiarás de casa, y nada más.