Lista de puntos
Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. —Porque te da esto y lo otro. —Porque te han despreciado. —Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes.
Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. —Porque creó el Sol y la Luna y aquel animal y aquella otra planta. —Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso...
Dale gracias por todo, porque todo es bueno.
Deja que se vierta tu corazón en efusiones de Amor y de agradecimiento al considerar cómo la gracia de Dios te saca libre cada día de los lazos que te tiende el enemigo.
¡Oh Madre, Madre!: con esa palabra tuya —«fiat»— nos has hecho hermanos de Dios y herederos de su gloria. —¡Bendita seas!
Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento. —¿Salen mal? —Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz.
No lo dudes: tu vocación es la gracia mayor que el Señor ha podido hacerte. —Agradécesela.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/402/ (03/05/2024)