Lista de puntos

Hay 2 puntos en «Cartas II» cuya materia es Iglesia → características del buen gobierno.

Hemos de ser buenos administradores

Cualquiera que sea la misión que se tenga en el Cuerpo Místico, se ha de obrar como un administrador fiel –no como un propietario–, que sabe que habrá de rendir cuentas de sus actos. ¿Quién piensas que es –preguntó un día el Señor– aquel administrador fiel y prudente, a quien su amo constituyó mayordomo de su familia, para distribuir a cada uno a su tiempo la medida de trigo correspondiente? Dichoso el tal siervo, si su amo a la vuelta le halla ejecutando así su deber. En verdad os digo que le dará la superintendencia de todos sus bienes.

Pero si el criado dijere en su corazón: mi amo no piensa en venir tan presto; y empezare a maltratar a los otros criados y a las criadas, y a comer y a beber y a embriagarse, vendrá el amo del tal siervo en el día que menos le espera, y en la hora que él no sabe, y le echará de su casa y le dará el pago debido a los criados infieles20.

El buen administrador sabe distribuir con justicia los dones de su señor, sabe hacer rendir los talentos recibidos, en provecho de todos los siervos, pues non est personarum acceptor Deus21, Dios no hace acepción de personas.

Ciertamente es tarea difícil, porque cuesta no dejarse llevar por las apariencias, y ese administrador fiel necesita ser sensible a las mociones del Espíritu Santo, para distribuir los bienes del Señor, como el mismo Señor lo haría; ni puede tampoco guiarse por la comodidad, encajando a los que son buenos servidores –precisamente por el hecho de serlo– los trabajos más desagradables, o distribuyendo cargos y oficios sin ponderar la necesaria preparación de las personas.

Sabéis que me desagrada la violencia, pero humanamente no dejo de explicarme que, por bueno que sea, reaccione bruscamente aquel que –por su limpio deseo de servir– no ha recibido más pago humano que una continuada brusquedad. Aunque no buscara esos pagos terrenos, se trata de una criatura humana, y es fácil que la cuerda del arco, cuando está siempre en tensión, alguna vez se rompa.

Notas
20

Lc 12,42-46.

21

Hch 10,34.

Referencias a la Sagrada Escritura