Lista de puntos

Cuando te parezca que el Señor te abandona, no te entristezcas: ¡búscale con más empeño! El, el Amor, no te deja solo.

—Persuádete de que "te deja solo" por Amor, para que veas con claridad en tu vida lo que es suyo y lo que es tuyo.

Un hijo de Dios —tú— no debe tener miedo a vivir en el ambiente —profesional, social…— que le es propio: ¡nunca está solo!

—Dios Nuestro Señor, que siempre te acompaña, te concede los medios para que le seas fiel y para que lleves a los demás hasta El.

Ante todas las maravillas de Dios, y ante todos nuestros fracasos humanos, hemos de reconocer: Tú lo eres todo para mí: ¡sírvete de mí como quieras! —Y la soledad ya no existirá para ti, para nosotros.