Lista de puntos
Si notas que no puedes, por el motivo que sea, dile, abandonándote en El: ¡Señor, confío en Ti, me abandono en Ti, pero ayuda mi debilidad!
Y lleno de confianza, repítele: mírame, Jesús, soy un trapo sucio; la experiencia de mi vida es tan triste, no merezco ser hijo tuyo. Díselo…; y díselo muchas veces.
—No tardarás en oír su voz: «ne timeas!» —¡no temas!; o también: «surge et ambula!» —¡levántate y anda!
Así discurría tu oración: "me pesan mis miserias, pero no me agobian porque soy hijo de Dios. Expiar. Amar… Y —añadías— deseo servirme de mi debilidad, como San Pablo, persuadido de que el Señor no abandona a los que en El confían".
—Sigue así, te confirmé, porque —con la gracia de Dios— podrás, y superarás tus miserias y tus pequeñeces.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/forja/390/ (05/05/2024)