Lista de puntos

Hay 6 puntos en «Forja» cuya materia es Comunión de los Santos → comunicación de vida sobrenatural.

Tener espíritu católico implica que ha de pesar sobre nuestros hombros la preocupación por toda la Iglesia, no sólo de esta parcela concreta o de aquella otra; y exige que nuestra oración se extienda de norte a sur, de este a oeste, con generosa petición.

Entenderás así la exclamación —la jaculatoria— de aquel amigo, ante el desamor de tantos hacia nuestra Santa Madre: ¡me duele la Iglesia!

La labor de la Iglesia, cada día, es como un gran tejido, que ofrecemos al Señor, porque todos los bautizados somos Iglesia.

—Si cumplimos —fieles y entregados—, este gran tejido será hermoso y sin falla. —Pero, si uno suelta un hilo acá, otro allá, y otro por el otro lado…, en lugar de un hermoso tejido, tendremos un harapo hecho jirones.

No te preocupes si tu labor ahora parece estéril. Cuando la siembra es de santidad, no se pierde; otros recogerán el fruto.

En mis conversaciones con tantos matrimonios, les insisto en que mientras vivan ellos y vivan también sus hijos, deben ayudarles a ser santos, sabiendo que en la tierra no seremos santos ninguno. No haremos más que luchar, luchar y luchar.

—Y añado: vosotros, madres y padres cristianos, sois un gran motor espiritual, que manda a los vuestros fortaleza de Dios para esa lucha, para vencer, para que sean santos. ¡No les defraudéis!

Cuídame tu oración diaria por esta intención: que todos los católicos seamos fieles, que nos decidamos a luchar para ser santos.

—¡Es lógico!, ¿qué vamos a desear para los que queremos, para los que están atados a nosotros por la fuerte atadura de la fe?

Con tu cumplimiento gustoso y generoso del deber, logras también abundante gracia del Señor para otras almas.