Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Surco» cuya materia es Audacia.

No seáis almas de vía estrecha, hombres o mujeres menores de edad, cortos de vista, incapaces de abarcar nuestro horizonte sobrenatural cristiano de hijos de Dios. ¡Dios y audacia!

Audacia no es imprudencia, ni osadía irreflexiva, ni simple atrevimiento.

La audacia es fortaleza, virtud cardinal, necesaria para la vida del alma.

Te decidiste, más por reflexión que por fuego y entusiasmo. Aunque deseabas tenerlo, no hubo lugar para el sentimiento: te entregaste, al convencerte de que Dios lo quería.

Y, desde aquel instante, no has vuelto a “sentir” ninguna duda seria; sí, en cambio, una alegría tranquila, serena, que en ocasiones se desborda. Así paga Dios las audacias del Amor.

He leído un proverbio muy popular en algunos países: “el mundo es de Dios, pero Dios lo alquila a los valientes”, y me ha hecho reflexionar.

—¿A qué esperas?

No soy el apóstol que debiera ser. Soy… el tímido.

—¿No estarás achicado, porque tu amor es corto? —¡Reacciona!

Las dificultades te han encogido, y te has vuelto “prudente, moderado y objetivo”.

—Recuerda que siempre has despreciado esos términos, cuando son sinónimos de cobardía, apocamiento y comodidad.

¿Miedo?: es propio de los que saben que obran mal. Tú, nunca.

Hay una cantidad muy considerable de cristianos que serían apóstoles…, si no tuvieran miedo.

Son los mismos que luego se quejan, porque el Señor —¡dicen!— les abandona: ¿qué hacen ellos con Dios?

Somos muchos; con la ayuda de Dios, podemos llegar a todas partes, comentan entusiasmados.

—¿Por qué te amilanas, entonces? Con la gracia divina, puedes llegar a ser santo, que es lo que interesa.

Cuando remuerde la conciencia, por haber dejado de realizar una cosa buena, es señal de que el Señor quería que no la omitiéramos.

—Efectivamente. Además, ten por cierto que “podías” haberla hecho, con la gracia de Dios.

No lo olvidemos: en el cumplimiento de la Voluntad divina, las dificultades se pasan por encima…, o por debajo…, o de largo. Pero…, ¡se pasan!

Cuando se trabaja para extender una empresa apostólica, el “no” nunca es una respuesta definitiva: ¡insistid!