1

«Emitte lucem tuam et veritatem tuam»1; envía, Señor, tu luz y tu verdad.

Hijos míos, seguir a Cristo –«venite post me et faciam vos fieri piscatores hominum»2 – es nuestra vocación. Y seguirle tan de cerca que vivamos con Él, como los primeros Doce; tan de cerca que nos identifiquemos con Él, que vivamos su Vida, hasta que llegue el momento, cuando no hemos puesto obstáculos, en el que podamos decir con San Pablo: «No vivo yo, sino que Cristo vive en mí»3.

¡Qué alegría tan grande sentirse metidos en Dios! ¡Endiosados! Y al mismo tiempo, ¡qué gozo también notar toda la pequeñez, toda la miseria, toda la debilidad de nuestra pobre naturaleza terrena, con sus flaquezas y con sus defectos! Por eso, cuando Cristo nos habla con parábolas, como a los primeros, muchas veces no le entendemos, y hemos de hacer nuestro el ruego de los Apóstoles: «Edissere nobis parabolam!»4; Señor, explícanos la parábola.

Materias
Notas
1

Sal 43[42],3.

2

Mt 4,19.

3

Ga 2,20.

4

Mt 13,36.

Referencias a la Sagrada Escritura
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