Lista de puntos
La Virgen Dolorosa. Cuando la contemples, ve su Corazón: es una Madre con dos hijos, frente a frente: Él... y tú.
¡Qué humildad, la de mi Madre Santa María! —No la veréis entre las palmas de Jerusalén, ni —fuera de las primicias de Caná— a la hora de los grandes milagros.
—Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, «juxta crucem Jesu» —junto a la cruz de Jesús, su Madre.
Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano —no hay dolor como su dolor—, llena de fortaleza.
—Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz.
«Ne timeas, Maria!» —¡No temas, María!... —Se turbó la Señora ante el Arcángel.
—¡Para que yo quiera echar por la borda esos detalles de modestia, que son salvaguarda de mi pureza!
¡Oh Madre, Madre!: con esa palabra tuya —«fiat»— nos has hecho hermanos de Dios y herederos de su gloria. —¡Bendita seas!
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/1138/ (01/05/2024)