Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Camino» cuya materia es Fe → naturaleza y necesidad.

«Domine!» —¡Señor!— «si vis, potes me mundare» —si quieres, puedes curarme.

—¡Qué hermosa oración para que la digas muchas veces con la fe del leprosito cuando te acontezca lo que Dios y tú y yo sabemos! —No tardarás en sentir la respuesta del Maestro: «volo, mundare!» —quiero, ¡sé limpio!

No seas tan ciego o tan atolondrado que dejes de meterte dentro de cada Sagrario cuando divises los muros o torres de las casas del Señor. —Él te espera.

No seas tan ciego o tan atolondrado que dejes de rezar a María Inmaculada una jaculatoria siquiera cuando pases junto a los lugares donde sabes que se ofende a Cristo.

No seas pesimista. —¿No sabes que todo cuanto sucede o puede suceder es para bien?

—Tu optimismo será necesaria consecuencia de tu Fe.

Que eres... nadie. —Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de prensa, de propaganda. —¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien: acuérdate de Ignacio:

Ignorante, entre los doctores de Alcalá. —Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. —Perseguido, calumniado...

Es el camino: ama y cree y ¡sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.

«¡Tratádmelo bien, tratádmelo bien!», decía, entre lágrimas, un anciano Prelado a los nuevos Sacerdotes que acababa de ordenar.

—¡Señor!: ¡Quién me diera voces y autoridad para clamar de este modo al oído y al corazón de muchos cristianos, de muchos!

¡Con qué infame lucidez arguye Satanás contra nuestra Fe Católica!

Pero, digámosle siempre, sin entrar en discusiones: yo soy hijo de la Iglesia.

Te lo dice San Pablo, alma de apóstol: «Justus ex fide vivit». —El justo vive de la fe.

—¿Qué haces que dejas que se apague ese fuego?

«Si habueritis fidem, sicut granum sinapis!» —¡Si tuvierais fe tan grande como un granito de mostaza!...

—¡Qué promesas encierra esa exclamación del Maestro!

Dios es el de siempre. —Hombres de fe hacen falta: y se renovarán los prodigios que leemos en la Santa Escritura.

—«Ecce non est abbreviata manus Domini» —¡El brazo de Dios, su poder, no se ha empequeñecido!

No tienen fe. —Pero tienen supersticiones. Risa y vergüenza nos dio aquel poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo indiferente e inofensiva —que era, para él, de mal agüero— o al ver girar la silla sobre una pata.

«Omnia possibilia sunt credenti» —Todo es posible para el que cree. —Son palabras de Cristo.

—¿Qué haces, que no le dices con los apóstoles: «adauge nobis fidem!» —¡auméntame la fe!?

Los actos de Fe, Esperanza y Amor son válvulas por donde se expansiona el fuego de las almas que viven vida de Dios.

Referencias a la Sagrada Escritura
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