Lista de puntos

Hay 10 puntos en «Camino» cuya materia es Reciedumbre → necesaria para la santidad.

Chocas con el carácter de aquel o del otro... Necesariamente ha de ser así: no eres moneda de cinco duros que a todos gusta.

Además, sin esos choques que se producen al tratar al prójimo, ¿cómo irías perdiendo las puntas, aristas y salientes —imperfecciones, defectos— de tu genio para adquirir la forma reglada, bruñida y reciamente suave de la caridad, de la perfección?

Si tu carácter y los caracteres de quienes contigo conviven fueran dulzones y tiernos como merengues, no te santificarías.

Sé recio. —Sé viril. —Sé hombre. —Y después... sé ángel.

Cuando te decidas con firmeza a llevar vida limpia, para ti la castidad no será carga: será corona triunfal.

Si recibes la tribulación con ánimo encogido pierdes la alegría y la paz, y te expones a no sacar provecho espiritual de aquel trance.

Camino de infancia. —Abandono. —Niñez espiritual. —Todo esto no es una bobería, sino una fuerte y sólida vida cristiana.

En la vida espiritual de infancia las cosas que dicen o hacen los «niños» nunca son niñerías y puerilidades.

La infancia espiritual no es memez espiritual, ni «blandenguería»: es camino cuerdo y recio que, por su difícil facilidad, el alma ha de comenzar y seguir llevada de la mano de Dios.

Sé niño. —Más aún. —Pero no te me plantes en la «edad del pavo»: ¿Has visto algo más tonto que un chiquillo «hombreando», o un hombre «niñoide»?

Niño, con Dios: y, por serlo, hombre muy viril en todo lo demás. —¡Ah!: y deja esas mañas de perro faldero.

Cuando te llamo «niño bueno» no pienses que te imagino encogido, apocado. —Si no eres varonil y... normal, en lugar de ser un apóstol serás una caricatura que dé risa.

Que vuestra oración sea viril. —Ser niño no es ser afeminado.