Lista de puntos

Hay 10 puntos en «Camino» cuya materia es Virtudes humanas  → fundamento de las sobrenaturales.

Sé recio. —Sé viril. —Sé hombre. —Y después... sé ángel.

Madera de santo. —Eso dicen de algunas gentes: que tienen madera de santos. —Aparte de que los santos no han sido de madera, tener madera no basta.

Se precisa mucha obediencia al Director y mucha docilidad a la gracia. —Porque, si no se deja a la gracia de Dios y al Director que hagan su obra, jamás aparecerá la escultura, imagen de Jesús, en que se convierte el hombre santo.

Y la «madera de santo», de que venimos hablando, no pasará de ser un leño informe, sin labrar, para el fuego... ¡para un buen fuego si era buena madera!

Los santos no han sido seres deformes; casos para que los estudie un médico modernista.

Fueron, son normales: de carne, como la tuya. —Y vencieron.

No es suficiente que seas sabio, además de buen cristiano. —Si no corriges las maneras bruscas de tu carácter, si haces incompatibles tu celo y tu ciencia con la buena educación, no entiendo que puedas ser santo. —Y, si eres sabio, aunque lo seas, deberías estar amarrado a un pesebre, como un mulo.

Santurrón es a santo, lo que beato a piadoso: su caricatura.

No pensemos que valdrá de algo nuestra aparente virtud de santos, si no va unida a las corrientes virtudes de cristianos.

—Esto sería adornarse con espléndidas joyas sobre los paños menores.

Camino de infancia. —Abandono. —Niñez espiritual. —Todo esto no es una bobería, sino una fuerte y sólida vida cristiana.

Cuando te llamo «niño bueno» no pienses que te imagino encogido, apocado. —Si no eres varonil y... normal, en lugar de ser un apóstol serás una caricatura que dé risa.

Que vuestra oración sea viril. —Ser niño no es ser afeminado.

Que, tratándote, no se pueda exclamar lo que, con bastante razón, gritaba una determinada persona: «Estoy de honrados hasta aquí...» Y se tocaba en lo alto de la cabeza.