Lista de puntos

Nunca quieres «agotar la verdad». —Unas veces, por corrección. Otras —las más—, por no darte un mal rato. Algunas, por no darlo. Y, siempre, por cobardía.

Así, con ese miedo a ahondar, jamás serás hombre de criterio.

No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte.

Tienes, como ahora dicen, «mucho cuento». —Pero, con toda tu verborrea, no lograrás que justifique —¡providencial!, me has dicho— lo que no tiene justificación.

Fe, alegría, optimismo. —Pero no la sandez de cerrar los ojos a la realidad.

Aconfesionalismo. Neutralidad. —Viejos mitos que intentan siempre remozarse.

¿Te has molestado en meditar lo absurdo que es dejar de ser católico, al entrar en la Universidad o en la Asociación profesional o en la Asamblea sabia o en el Parlamento, como quien deja el sombrero en la puerta?

Un hombre, un... caballero transigente, volvería a condenar a muerte a Jesús.