Lista de puntos

Hay 3 puntos en «Cartas II» cuya materia es Obra de San Rafael → cursos.

En el Curso Preparatorio se habla a los chicos sobre temas de vida interior, haciendo hincapié siempre en la ascética propia de la Obra: el trabajo santificado y santificador.

Los Cursos Profesionales, que frecuentan los chicos después de terminar el Preparatorio –y que son cosa distinta de la labor que, con carácter personal, deben realizar los socios de la Obra individualmente o en asociaciones públicas o privadas de tipo profesional–, tienen como fin difundir entre los que asisten criterio católico sobre problemas actuales concretos de naturaleza religiosa, social, profesional, etc. Ese criterio es el que se ha de dar también a nuestros amigos, en una parte de los Círculos de Estudios de la labor de San Gabriel, para que ellos a su vez lo difundan en sus tertulias y ambientes.

Al exponer los distintos temas, habréis de tener en cuenta siempre la preparación de los que asistan, acomodando incluso el temario al grupo de que se trate: estudiantes, empleados, campesinos, obreros, etc.

Será prudente hacer ver a los chicos que no hace falta que tomen notas en las clases, ni en los otros medios de formación; y que, si las toman, es mejor que las entreguen. Así se les acostumbra a no llevar consigo apuntes espirituales o de asuntos de conciencia; y se evita que haya quien, por falta de conocimiento, escriba errores que atribuya a vuestras enseñanzas.

Si les llama particularmente la atención un punto concreto, y quieren conocerlo mejor, les daréis con mucho gusto las oportunas orientaciones, indicándoles algún libro en el que puedan profundizar la materia.

A los Cursos Profesionales los chicos vienen a aprender, a adquirir criterio. No se trata de fomentar inquietudes enfermizas, de dar pábulo al gusto –tan extendido– de problematizarlo todo, o de arriesgarse en aventuras ideológicas; sino de darles doctrina sólida, profunda y segura, vibración apostólica y más vida interior. Se ha de evitar, pues, tanto la dialéctica vana como el simplismo de una lección rutinaria.

Hablarles de problemas propios de especialistas en teología, es ordinariamente desorientarles, perder el tiempo, ponerles en peligro –a veces– de perder también la fe, porque no tienen preparación filosófica y teológica suficiente para meterse en esas honduras.

Siempre hemos puesto especial interés en la recta formación doctrinal de nuestra gente de San Rafael. Desde que se acercan a nosotros, procuramos orientar sus lecturas, aconsejarles obras de buen criterio, desaconsejarles otras, razonarles –breve, pero claramente– el porqué de los derechos de la Iglesia en esta materia.

Los Cursos son también una ocasión magnífica para que algunos amigos mayores colaboren. Pueden desarrollar ellos los temas que estén en condiciones de exponer con claridad y precisión, dirigiendo después con competencia los cambios de impresiones.

Quiero recordaros aquí que –como siempre– esos cambios de impresiones no son una revisión crítica de la doctrina expuesta, ni mucho menos una discusión: son un rato tranquilo de estudio. Tienen por fin aclarar dudas sinceras y positivas, o facilitar argumentos o precisiones de detalle, para que los chicos expongan después con eficacia esa doctrina a otras personas. Para alcanzar esta finalidad, conviene que los Numerarios y los amigos que asisten a la clase como alumnos, ayuden al que preside a dirigir con orden esa conversación.

No olvidéis que si parece que va a encenderse una polémica apasionada, es mejor aconsejar que pongan por escrito su pensamiento brevemente y con la mayor precisión que puedan: y después se concreta de palabra solo al interesado, a no ser que la materia pueda ser útil a toda la clase.

Será interesante que esos amigos, que intervienen en esta labor, presten ayuda profesional concreta a los mejores alumnos de los Cursos Profesionales. Con su experiencia y su madurez podrán orientarles y aconsejarles eficazmente.

Muchas veces encontrarán además en estos jóvenes –profesionalmente selectos– buenos colaboradores para su propio trabajo; y de este modo habrá también ocasión de seguir en relación con ellos y de prolongar, como he dicho antes, el trato apostólico: servans semitas iustitiae, et vias sanctorum custodiens29, ayudándoles a guardar el camino de su rectitud.

Notas

“orientar sus lecturas”: ver glosario (N. del E.).

Notas
29

Pr 2,8.

Referencias a la Sagrada Escritura