Lista de puntos

Hay 7 puntos en «Forja» cuya materia es Cosas pequeñas  → engrandecer por Amor.

El que ama no pierde un detalle. Lo he visto en tantas almas: esas pequeñeces son una cosa muy grande: ¡Amor!

"Obras son amores y no buenas razones". ¡Obras, obras! —Propósito: seguiré diciéndote muchas veces que te amo —¡cuántas te lo he repetido hoy!—; pero, con tu gracia, será sobre todo mi conducta, serán las pequeñeces de cada día —con elocuencia muda— las que clamen delante de Ti, mostrándote mi Amor.

Aun en las jornadas en las que parece que se pierde el tiempo, a través de la prosa de los mil pequeños detalles, diarios, hay poesía más que bastante para sentirse en la Cruz: en una Cruz sin espectáculo.

La correspondencia a la gracia también está en esas cosas menudas de la jornada, que parecen sin categoría y, sin embargo, tienen la trascendencia del Amor.

Si unimos nuestras pequeñeces —las insignificantes y las grandes contradicciones— a los grandes sufrimientos del Señor, Víctima —¡la única Víctima es El!—, aumentará su valor, se harán un tesoro y, entonces, tomaremos a gusto, con garbo, la Cruz de Cristo.

—Y no habrá así pena que no se venza con rapidez; y no habrá nada ni nadie que nos quite la paz y la alegría.

Sobre estas directrices discurre la bondad inigualable de nuestra Madre Santa María: un amor llevado hasta el extremo, cumpliendo con esmero la Voluntad divina, y un olvido completo de sí misma, contenta de estar allí, donde Dios la quiere.

—Por eso, ni el más pequeño de sus gestos es trivial. —Aprende.

El apostolado —manifestación evidente de vida espiritual— es ese aletear constante que hace sobrenaturalizar cada detalle —grande o pequeño— de la jornada, por el amor a Dios que se pone en todo.