Lista de puntos

Hay 8 puntos en «Forja» cuya materia es Cosas pequeñas .

Esfuérzate para responder, en cada instante, a lo que te pide Dios: ten voluntad de amarle con obras. —Con obras pequeñas, pero sin dejar ni una.

Inculcad en las almas el heroísmo de hacer con perfección las pequeñas cosas de cada día: como si de cada una de esas acciones dependiera la salvación del mundo.

Todos esos consuelos del Amo, ¿no serán para que yo esté pendiente de El, sirviéndole en las cosas pequeñas, y poder así servirle en las grandes?

—Propósito: dar gusto al buen Jesús en los detalles minúsculos de la vida cotidiana.

Tienes certeza de que fue Dios quien te hizo ver, claramente, que debes volver a las pequeñeces más pueriles de tu antigua vida interior; y perseverar por meses, y hasta por años, en esas menudencias heroicas (la sensibilidad, dormida tantas veces para el bien, no cuenta), con tu voluntad quizá fría, pero decidida a cumplirlas por Amor.

Mira tu conducta con detenimiento. Verás que estás lleno de errores, que te hacen daño a ti y quizá también a los que te rodean.

—Recuerda, hijo, que no son menos importantes los microbios que las fieras. Y tú cultivas esos errores, esas equivocaciones —como se cultivan los microbios en el laboratorio—, con tu falta de humildad, con tu falta de oración, con tu falta de cumplimiento del deber, con tu falta de propio conocimiento… Y, después, esos focos infectan el ambiente.

—Necesitas un buen examen de conciencia diario, que te lleve a propósitos concretos de mejora, porque sientas verdadero dolor de tus faltas, de tus omisiones y pecados.

No es espíritu de penitencia hacer unos días grandes mortificaciones, y abandonarlas otros.

—Espíritu de penitencia significa saberse vencer todos los días, ofreciendo cosas —grandes y pequeñas— por amor y sin espectáculo.

¿Tienes ansias, locura divina de que las almas conozcan el Amor de Dios? Pues, en tu vida corriente, ofrece mortificaciones, reza, cumple el deber, véncete en tanto pequeño detalle.

«In modico fidelis!» —fiel en lo poco… —Tu labor, hijo mío, no es sólo salvar almas, sino santificarlas, día a día, dando a cada instante —aun a los aparentemente vulgares— vibración de eternidad.

Referencias a la Sagrada Escritura