Lista de puntos

Hay 11 puntos en «Camino» cuya materia es Jesucristo → Pasión y Muerte.

No estorbes la obra del Paráclito: únete a Cristo, para purificarte, y siente, con Él, los insultos, y los salivazos, y los bofetones..., y las espinas, y el peso de la cruz..., y los hierros rompiendo tu carne, y las ansias de una muerte en desamparo...

Y métete en el costado abierto de Nuestro Señor Jesús hasta hallar cobijo seguro en su llagado Corazón.

Desasimiento. —¡Cómo cuesta!... ¡Quién me diera no tener más atadura que tres clavos ni más sensación en mi carne que la Cruz!

Jesús sufre por cumplir la Voluntad del Padre... Y tú, que quieres también cumplir la Santísima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, ¿podrás quejarte si encuentras por compañero de camino al sufrimiento?

Métete en las llagas de Cristo Crucificado. —Allí aprenderás a guardar tus sentidos, tendrás vida interior, y ofrecerás al Padre de continuo los dolores del Señor y los de María, para pagar por tus deudas y por todas las deudas de los hombres.

Es duro leer, en los Santos Evangelios, la pregunta de Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, que se llama Cristo?» —Es más penoso oír la respuesta: «¡A Barrabás!»

Y más terrible todavía darme cuenta de que ¡muchas veces!, al apartarme del camino, he dicho también «¡a Barrabás!», y he añadido «¿a Cristo?... ‘Crucifige eum!’ —¡Crucifícalo!»

Cristo ha muerto por ti. —Tú... ¿qué debes hacer por Cristo?

¡Si un hombre hubiera muerto por librarme de la muerte!...

—Murió Dios. Y me quedo indiferente.

Soledad de María. ¡Sola! —Llora, en desamparo.

—Tú y yo debemos acompañar a la Señora, y llorar también: porque a Jesús le cosieron al madero, con clavos, nuestras miserias.

El Vía Crucis. —¡Esta sí que es devoción recia y jugosa! Ojalá te habitúes a repasar esos catorce puntos de la Pasión y Muerte del Señor, los viernes. —Yo te aseguro que sacarás fortaleza para toda la semana.

Ahora, que te cuesta obedecer, acuérdate de tu Señor, «factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis» —¡obediente hasta la muerte, y muerte de cruz!

Jesús... callado. —«Jesus autem tacebat». —¿Por qué hablas tú, para consolarte o para sincerarte?

Calla. —Busca la alegría en los desprecios: siempre te harán menos de los que mereces.

—¿Puedes tú, acaso, preguntar: «Quid enim mali feci?» —¿qué mal he hecho?

Referencias a la Sagrada Escritura
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