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Hay 12 puntos en «Camino» cuya materia es Abandono.

Le decías: «No te fíes de mí... Yo sí que me fío de ti, Jesús... Me abandono en tus brazos: allí dejo lo que tengo, ¡mis miserias!» —Y me parece buena oración.

La santa desvergüenza es una característica de la «vida de infancia». Al pequeño, no le preocupa nada. —Sus miserias, sus naturales miserias, se ponen de relieve sencillamente, aunque todo el mundo le contemple...

Esa desvergüenza, llevada a la vida sobrenatural, trae este raciocinio: alabanza, menosprecio...: admiración, burla...: honor, deshonor...: salud, enfermedad...: riqueza, pobreza...: hermosura, fealdad...

Bien; y eso... ¿qué?

Sirve a tu Dios con rectitud, séle fiel... y no te preocupes de nada: porque es una gran verdad que «si buscas el reino de Dios y su justicia, Él te dará lo demás —lo material, los medios— por añadidura».

Todos los pecados de tu vida parece como si se pusieran de pie. —No desconfíes. —Por el contrario, llama a tu Madre Santa María, con fe y abandono de niño. Ella traerá el sosiego a tu alma.

La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de nuestro Padre-Dios.

¿Estás sufriendo una gran tribulación? —¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril:

«Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. —Amén. —Amén.»

Yo te aseguro que alcanzarás la paz.

Espéralo todo de Jesús: tú no tienes nada, no vales nada, no puedes nada. —Él obrará, si en Él te abandonas.

¡Oh, Jesús! —Descanso en Ti.

Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: «Dominus regit me, et nihil mihi deerit» —el Señor me gobierna, nada me faltará.

¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?

El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. —Di, pues: «meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus» —mi alimento es hacer su Voluntad.

Ese abandono es precisamente la condición que te hace falta para no perder en lo sucesivo tu paz.

El «gaudium cum pace» —la alegría y la paz— es fruto seguro y sabroso del abandono.

Referencias a la Sagrada Escritura
Referencias a la Sagrada Escritura
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