Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Camino» cuya materia es Respetos humanos .

El mundo admira solamente el sacrificio con espectáculo, porque ignora el valor del sacrificio escondido y silencioso.

Aconfesionalismo. Neutralidad. —Viejos mitos que intentan siempre remozarse.

¿Te has molestado en meditar lo absurdo que es dejar de ser católico, al entrar en la Universidad o en la Asociación profesional o en la Asamblea sabia o en el Parlamento, como quien deja el sombrero en la puerta?

El plano de santidad que nos pide el Señor, está determinado por estos tres puntos:

La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza1.

Una cosa es la santa desvergüenza y otra la frescura laica.

La santa desvergüenza es una característica de la «vida de infancia». Al pequeño, no le preocupa nada. —Sus miserias, sus naturales miserias, se ponen de relieve sencillamente, aunque todo el mundo le contemple...

Esa desvergüenza, llevada a la vida sobrenatural, trae este raciocinio: alabanza, menosprecio...: admiración, burla...: honor, deshonor...: salud, enfermedad...: riqueza, pobreza...: hermosura, fealdad...

Bien; y eso... ¿qué?

Ríete del ridículo. —Desprecia el qué dirán. Ve y siente a Dios en ti mismo y en lo que te rodea.

Así acabarás por conseguir la santa desvergüenza que precisas, ¡oh paradoja!, para vivir con delicadeza de caballero cristiano.

Si tienes la santa desvergüenza, ¿qué te importa del «qué habrán dicho» o del «qué dirán»?

Convéncete de que el ridículo no existe para quien hace lo mejor.

De ordinario, la gente es muy poco generosa con su dinero —me escribes—. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. —A la hora del sacrificio, son pocos los que «arriman el hombro». Y, si dan, ha de ser con una diversión interpuesta —baile, tómbola, cine, velada— o anuncio y lista de donativos en la prensa.

—Triste es el cuadro, pero tiene excepciones: sé tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha.

«Nonne hic est fabri filius? Nonne hic est faber, filius Mariae?» —¿Acaso este no es hijo del artesano? ¿No es el artesano hijo de María?

—Esto, que dijeron de Jesús, es muy posible que lo digan de ti, con un poco de pasmo y otro poco de burla, cuando «definitivamente» quieras cumplir la Voluntad de Dios, ser instrumento: Pero, ¿no es este aquel?...

—Calla. Y que tus obras confirmen tu misión.

Hay una urbanidad de la piedad. —Apréndela. —Dan pena esos hombres «piadosos», que no saben asistir a Misa —aunque la oigan a diario—, ni santiguarse —hacen unos raros garabatos, llenos de precipitación—, ni hincar la rodilla ante el Sagrario —sus genuflexiones ridículas parecen una burla—, ni inclinar reverentemente la cabeza ante una imagen de la Señora.

Otra vez...: Que han dicho, que han escrito...: En favor, en contra...: Con buena, y con menos buena voluntad...: Reticencias y calumnias, panegíricos y exaltaciones...: sandeces y aciertos...

—¡Tonto, tontísimo!: ¿Qué te importa, cuando vas derecho a tu fin, cabeza y corazón borrachos de Dios, el clamor del viento o el cantar de la chicharra, o el mugido o el gruñido o el relincho?...

Además... es inevitable: no pretendas poner puertas al campo.

Notas
1San Josemaría se sirve aquí tres veces de un recurso literario, el oxímoron (alianza de palabras contrarias o contradictorias), para explicar de modo expresivo que la búsqueda de la santidad no está reñida con la energía. Con "santa coacción" anima al lector a plantearse, desde el pleno respeto de la libertad personal, su responsabilidad apostólica respecto de quienes tiene a su alrededor, haciéndose eco del Evangelio: "Sal a los caminos (…) y obliga a entrar" (Lc 14,23). Con "santa intransigencia" espolea a defender la propia fe, con energía y mansedumbre, como una cuestión de coherencia cristiana. Con "santa desvergüenza" invita a no preocuparse excesivamente de que se perciban las propias limitaciones, y a no ocultar la condición de cristiano cuando el ambiente social es hostil a la fe. En las tres expresiones, pues, el adjetivo "santa" modifica el significado del sustantivo al que califica, y es fundamental para entender la intención de san Josemaría. Por lo demás, de la lectura del conjunto de Camino resulta claro que la virtud más importante —la que hace "santas" a la coacción, la intransigencia y la desvergüenza— es la caridad (cfr. Camino, 369, 463).
Referencias a la Sagrada Escritura
Referencias a la Sagrada Escritura