Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Camino» cuya materia es Santidad.

El plano de santidad que nos pide el Señor, está determinado por estos tres puntos:

La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza1.

Una cosa es la santa desvergüenza y otra la frescura laica.

La santa desvergüenza es una característica de la «vida de infancia». Al pequeño, no le preocupa nada. —Sus miserias, sus naturales miserias, se ponen de relieve sencillamente, aunque todo el mundo le contemple...

Esa desvergüenza, llevada a la vida sobrenatural, trae este raciocinio: alabanza, menosprecio...: admiración, burla...: honor, deshonor...: salud, enfermedad...: riqueza, pobreza...: hermosura, fealdad...

Bien; y eso... ¿qué?

Ríete del ridículo. —Desprecia el qué dirán. Ve y siente a Dios en ti mismo y en lo que te rodea.

Así acabarás por conseguir la santa desvergüenza que precisas, ¡oh paradoja!, para vivir con delicadeza de caballero cristiano.

Si tienes la santa desvergüenza, ¿qué te importa del «qué habrán dicho» o del «qué dirán»?

Convéncete de que el ridículo no existe para quien hace lo mejor.

Un hombre, un... caballero transigente, volvería a condenar a muerte a Jesús.

La transigencia es señal cierta de no tener la verdad. —Cuando un hombre transige en cosas de ideal, de honra o de Fe, ese hombre es un... hombre sin ideal, sin honra y sin Fe.

Aquel hombre de Dios, curtido en la lucha, argumentaba así: ¿Que no transijo? ¡Claro!: porque estoy persuadido de la verdad de mi ideal. En cambio, usted es muy transigente...: ¿le parece que dos y dos sean tres y medio? —¿No?..., ¿ni por amistad cede en tan poca cosa?

—¡Es que, por primera vez, se ha persuadido de tener la verdad... y se ha pasado a mi partido!

La santa intransigencia no es intemperancia.

Sé intransigente en la doctrina y en la conducta. —Pero sé blando en la forma. —Maza de acero poderosa, envuelta en funda acolchada.

Sé intransigente, pero no seas cerril.

La intransigencia no es intransigencia a secas: es «la santa intransigencia».

No olvidemos que también hay una «santa coacción».

Notas
1San Josemaría se sirve aquí tres veces de un recurso literario, el oxímoron (alianza de palabras contrarias o contradictorias), para explicar de modo expresivo que la búsqueda de la santidad no está reñida con la energía. Con "santa coacción" anima al lector a plantearse, desde el pleno respeto de la libertad personal, su responsabilidad apostólica respecto de quienes tiene a su alrededor, haciéndose eco del Evangelio: "Sal a los caminos (…) y obliga a entrar" (Lc 14,23). Con "santa intransigencia" espolea a defender la propia fe, con energía y mansedumbre, como una cuestión de coherencia cristiana. Con "santa desvergüenza" invita a no preocuparse excesivamente de que se perciban las propias limitaciones, y a no ocultar la condición de cristiano cuando el ambiente social es hostil a la fe. En las tres expresiones, pues, el adjetivo "santa" modifica el significado del sustantivo al que califica, y es fundamental para entender la intención de san Josemaría. Por lo demás, de la lectura del conjunto de Camino resulta claro que la virtud más importante —la que hace "santas" a la coacción, la intransigencia y la desvergüenza— es la caridad (cfr. Camino, 369, 463).