Lista de puntos

Hay 7 puntos en «Camino» cuya materia es Alegría → fruto de la generosidad.

Examínate: despacio, con valentía. —¿No es cierto que tu mal humor y tu tristeza inmotivados —inmotivados, aparentemente— proceden de tu falta de decisión para romper los lazos sutiles, pero «concretos», que te tendió —arteramente, con paliativos— tu concupiscencia?

¿Quieres que te diga todo lo que pienso de «tu camino»? —Pues, mira: que si correspondes a la llamada, trabajarás por Cristo como el que más: que si te haces hombre de oración, tendrás la correspondencia de que hablo antes y buscarás, con hambre de sacrificio, los trabajos más duros...

Y serás feliz aquí y felicísimo luego, en la Vida.

Me escribes y copio: «Mi gozo y mi paz. Nunca podré tener verdadera alegría si no tengo paz. ¿Y qué es la paz? La paz es algo muy relacionado con la guerra. La paz es consecuencia de la victoria. La paz exige de mí una continua lucha. Sin lucha no podré tener paz».

Si recibes la tribulación con ánimo encogido pierdes la alegría y la paz, y te expones a no sacar provecho espiritual de aquel trance.

Una visita al monasterio famoso. —Aquella señora extranjera sintió apiadársele las entrañas al considerar la pobreza del edificio: «¿Deben llevar ustedes una vida muy dura, no?» Y el monje, satisfecho, se limitó a contestar: «Tú lo quisiste, fraile mostén; tú lo quisiste, tú te lo ten».

Esto, que gozosamente oí decir a ese santo varón, tengo que decírtelo a ti con pena, cuando me cuentas que no eres feliz.

Me dices, de ese amigo tuyo, que frecuenta sacramentos, que es de vida limpia y buen estudiante. —Pero que no «encaja»: si le hablas de sacrificio y apostolado, se entristece y se te va.

No te preocupe. —No es un fracaso de tu celo: es, a la letra, la escena que narra el Evangelista: «si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres» (sacrificio)... «y ven después y sígueme» (apostolado).

El adolescente «abiit tristis» —se retiró también entristecido: no quiso corresponder a la gracia.

Da gracias a Dios, que te ayudó, y gózate en tu victoria. —¡Qué alegría más honda, esa que siente tu alma, después de haber correspondido!

Referencias a la Sagrada Escritura