Lista de puntos

Hay 2 puntos en «Cartas I» cuya materia es Obras de apostolado.

Labor apostólica junto con otros ciudadanos

Hasta ahora, hijas e hijos míos queridísimos, os he hecho considerar algunas facetas del apostolado individual que cada uno de vosotros ha de ejercer en su propio ambiente, en el desarrollo de su trabajo ordinario, de su profesión u oficio. Hay, sin embargo, otros tipos de apostolado que, con el tiempo, ejercitarán mis hijos en todo el mundo, asociándose como ciudadanos corrientes a otros ciudadanos, siempre dentro de las leyes del país en el que trabajen.

Se asociarán a otros ciudadanos −no tienen por qué ser siempre católicos−, para desarrollar juntos una labor profesional con una finalidad eminentemente apostólica, es decir, que sirva directamente para dar doctrina −éste es siempre nuestro apostolado−, aunque no tenga un carácter exclusivamente espiritual.

De ordinario se tratará, por ejemplo, de labores culturales, de beneficencia, de prensa, de cine, etc. No deben ser tareas oficialmente católicas, aunque podrá haber alguna excepción, si se viera oportuno. Pero en general han de tener la misma característica que el apostolado personal de mis hijos, del que os acabo de hablar: porque se tratará de trabajo profesional, secular y laical, hecho por ciudadanos entre sus iguales. El problema no está en llamarse católicos, sino en serlo, tanto en la actuación individual, como en las labores de conjunto.

Deberá haber, finalmente, también otro tipo de apostolados de los que la Obra oficialmente se hará responsable; serán siempre actividades profesionales de carácter plena y exclusivamente apostólico, realizadas por mis hijos. Y como las llevarán a cabo corporativamente los que pertenecen al Opus Dei, las llamaremos obras corporativas.

Podrán ser de tipos muy diversos, según las circunstancias y las necesidades de las almas en cada lugar y en cada época: centros de formación para todas las categorías sociales; casas para retiros espirituales y cursos de instrucción religiosa; residencias para estudiantes universitarios; centros profesionales y asistenciales para obreros, campesinos, etc.

Las hijas y los hijos míos que se harán cargo de estas labores apostólicas deberán dedicarse a ellas profesionalmente, porque para todos los que forman parte de la Obra, sin excepción, el trabajo profesional es el único medio de santificación propia y ajena. Su labor en las obras corporativas será su trabajo ordinario de tipo profesional, aunque tenga una finalidad directa y totalmente apostólica; y, en todo caso, se tratará de una labor igual a la que ejercen muchos otros ciudadanos: maestros, médicos, administradores, directores de residencias de estudiantes, etc.

Si alguna vez los hijos míos tienen que dejar su ocupación profesional habitual, para dedicarse a tareas de dirección, de formación o de asistencia en alguna labor corporativa, tampoco entonces habrán dejado de vivir la vida ordinaria de la gente de la calle, y su nueva labor será siempre trabajo profesional; puesto que es corriente, en todas partes, que muchas personas cambien con más o menos frecuencia de actividades, por motivos familiares, económicos, sociales, etc. Y hay profesiones −la política, por ejemplo− a las que suelen dedicarse ordinariamente quienes ya se habían ocupado y siguen ocupándose de otras tareas.