Lista de puntos

Hay 3 puntos en «Cartas II» cuya materia es Opus Dei  → no al secreto.

Los miembros de la Obra son cristianos corrientes

Por el bien de la Iglesia hemos de rezar para que se acaben esas injustas discriminaciones: por lo menos, que todo el mundo nos trate como a los demás ciudadanos, nuestros iguales, porque –como ellos– pagamos nuestros impuestos, cumplimos el servicio militar y no deseamos ningún privilegio que no tengan nuestros colegas.

Es preciso que procuremos borrar la calumnia de secreto, que se están empeñando en arrojar sobre el Opus Dei: no falta alguno que se atreve a calificar la Obra de masonería. Necedad grande, porque nada tenemos que aprender nosotros de los enemigos de Jesucristo, para servir a Jesucristo, a su Iglesia y a su Vicario.

Quizá lo que les preocupa es la desorganizada organización que ofrece nuestro apostolado, y saben que una publicidad abusiva impediría el trabajo de muchos de mis hijos, que al ser conocidos oficialmente como miembros del Opus Dei o como católicos responsables, se verían incapacitados para desarrollar su actividad en muchísimos ambientes –universitarios, sindicales, obreros, económicos, políticos, etc.–, en los que han de servir a la Iglesia.

Y digo oficialmente, porque de hecho –es otra prueba de que en la Obra no hay secreto de ningún tipo– la inmensa mayoría de vosotros sois conocidos como socios del Opus Dei por vuestras familias, por vuestros amigos, por vuestros colegas, que sienten el bonus odor Christi de vuestra vida. Pero sería absurdo que se divulgara oficial y públicamente vuestra vocación, y que todos os señalaran con el dedo.

Entre otras cosas, porque nuestro camino –de cristianos corrientes– es absolutamente extraño a esa publicidad, y así se lo hago constar siempre a quienes me preguntan si algunos de vosotros sois de Casa, y si podéis decir que lo sois: son muy libres de hacerlo, si es que lo ven oportuno; pero, si no es necesario, no hace falta divulgarlo, porque se trata de una cosa personal y privada, que pertenece a su conciencia.

No os asombre, sin embargo, que los que están acostumbrados a ostentar su condición de católicos o de eclesiásticos, para pedir excepciones o hacer negocios, no entiendan los motivos de nuestra discreción. Su regla general de conducta es tan opuesta a la nuestra, que no nos comprenderán.

No ocultamos nuestra condición de católicos; la confesamos con hechos, a través de nuestro trabajo y, si es preciso, estamos dispuestos a confesarla también, cuando suponga un riesgo, como hizo José de Arimatea, nobilis decurio, qui et ipse erat exspectans regnum Dei, et audacter introivit ad Pilatum et petiit corpus Iesu33, varón noble, que esperaba también el reino de Dios y que audazmente fue a Pilatos y pidió el cuerpo de Jesús.

Notas
33

Mc 15,43.

Referencias a la Sagrada Escritura