Lista de puntos
Tú, por tu condición de cristiano, no puedes vivir de espaldas a ninguna inquietud, a ninguna necesidad de tus hermanos los hombres.
En un cristiano, en un hijo de Dios, amistad y caridad forman una sola cosa: luz divina que da calor.
A veces, con su actuación, algunos cristianos no dan al precepto de la caridad el valor máximo que tiene. Cristo, rodeado por los suyos, en aquel maravilloso sermón final, decía a modo de testamento: «Mandatum novum do vobis, ut diligatis invicem» —un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros.
Y todavía insistió: «in hoc cognoscent omnes quia discipuli mei estis» —en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor unos a otros.
—¡Ojalá nos decidamos a vivir como El quiere!
Cuando el cristiano comprende y vive la catolicidad, cuando advierte la urgencia de anunciar la Buena Nueva de salvación a todas las criaturas, sabe que —como enseña el Apóstol— ha de hacerse "todo para todos, para salvarlos a todos".
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/forja/2532/ (06/05/2024)