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Hay 9 puntos en «Surco» cuya materia es Medios → medios sobrenaturales .

“Pida por mí —decías—: que sea generoso, que adelante, que llegue a transformarme de tal modo que algún día pueda ser útil en algo”.

Bien. —Pero, ¿qué medios pones para que esos propósitos resulten eficaces?

¿Has visto? —¡Con El, has podido! ¿De qué te asombras?

—Convéncete: no tienes de qué maravillarte. Confiando en Dios —¡confiando de veras!—, las cosas resultan fáciles. Y, además, se sobrepasa siempre el límite de lo imaginado.

Qué pérdida de tiempo y qué visión tan humana, cuando todo lo reducen a tácticas, como si ahí estuviera el secreto de la eficacia.

—Se olvidan de que la “táctica” de Dios es la caridad, el Amor sin límites: así colmó El la distancia incolmable que abre el hombre, con el pecado, entre el Cielo y la tierra.

Las vocaciones de apóstol las envía Dios. Pero tú no debes dejar de poner los medios: oración, mortificación, estudio o trabajo, amistad, visión sobrenatural…, ¡vida interior!

No fíes nunca sólo en la organización.

La santa pureza: ¡humildad de la carne! Señor —le pedías—, siete cerrojos para mi corazón. Y te aconsejé que le pidieses siete cerrojos para tu corazón y, también, ochenta años de gravedad para tu juventud…

Además, vigila…, porque antes se apaga una centella que un incendio; huye…, porque aquí es una vil cobardía ser “valiente”; no andes con los ojos desparramados…, porque eso no indica ánimo despierto, sino insidia de satanás.

Pero toda esta diligencia humana, con la mortificación, el cilicio, la disciplina y el ayuno, ¡qué poco valen sin Ti, Dios mío!

Paradoja: desde que me decidí a seguir el consejo del Salmo: “arroja sobre el Señor tus preocupaciones, y El te sostendrá”, cada día tengo menos preocupaciones en la cabeza… Y a la vez, con el trabajo oportuno, se resuelve todo, ¡con más claridad!

En ciertos ambientes, sobre todo en los de la esfera intelectual, se aprecia y se palpa como una consigna de sectas, servida a veces hasta por católicos, que —con cínica perseverancia— mantiene y propaga la calumnia, para echar sombras sobre la Iglesia, o sobre personas y entidades, contra toda verdad y toda lógica.

Reza a diario, con fe: «ut inimicos Sanctae Ecclesiae —enemigos, porque así se proclaman ellos— humiliare digneris, te rogamus audi nos!» Confunde, Señor, a los que te persiguen, con la claridad de tu luz, que estamos decididos a propagar.

El cristiano triunfa siempre desde la Cruz, desde su propia renuncia, porque deja que actúe la Omnipotencia divina.

Referencias a la Sagrada Escritura