Lista de puntos

Hay 7 puntos en «Surco» cuya materia es Vocación → respuesta a la vocación.

La llamada del Señor —la vocación— se presenta siempre así: “si alguno quiere venir detrás de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.

Sí: la vocación exige renuncia, sacrificio. Pero ¡qué gustoso resulta el sacrificio —«gaudium cum pace», alegría y paz—, si la renuncia es completa!

Parecía plenamente determinado…; pero, al tomar la pluma para romper con su novia, pudo más la indecisión y le faltó valentía: muy humano y comprensible, comentaban otros. Por lo visto, según algunos, los amores terrenos no están entre lo que se ha de dejar para seguir plenamente a Jesucristo, cuando El lo pide.

Te decidiste, más por reflexión que por fuego y entusiasmo. Aunque deseabas tenerlo, no hubo lugar para el sentimiento: te entregaste, al convencerte de que Dios lo quería.

Y, desde aquel instante, no has vuelto a “sentir” ninguna duda seria; sí, en cambio, una alegría tranquila, serena, que en ocasiones se desborda. Así paga Dios las audacias del Amor.

No podía ser más sencilla la manera de llamar Jesús a los primeros doce: “ven y sígueme”.

Para ti, que buscas tantas excusas con el fin de no continuar esa tarea, se acomoda como el guante a la mano la consideración de que muy pobre era la ciencia humana de aquellos primeros; y, sin embargo, ¡cómo removieron a quienes les escuchaban!

—No me lo olvides: la labor la sigue haciendo El, a través de cada uno de nosotros.

No te sorprendas y no te amilanes porque te ha reprochado que le hayas puesto frente a frente con Cristo, ni porque te haya añadido, indignado: “ya no puedo vivir tranquilo sin tomar una decisión…”

Encomiéndale… Es inútil que trates de tranquilizarle: quizá se le ha puesto en primer plano una antigua inquietud, la voz de su conciencia.

Después de tu decisión, cada día haces un descubrimiento nuevo. Recuerdas el ayer, cuando te preguntabas constantemente: “¿y esto, cómo?”…, para seguir luego en tus dudas o en tus desencantos…

Ahora siempre encuentras la respuesta exacta, razonada y clara. Y, al oír cómo contestan a tus preguntas a veces pueriles, se te ocurre pensar: “así debió de atender Jesús a los primeros Doce”.

Sé claro. Si te dicen que vas “a pescarlos”, responde que sí, que eso deseas… Pero…, ¡que no se preocupen! Porque, si no tienen vocación —si El no les llama—, no vendrán; y si la tienen, qué bochorno acabar como el joven rico del Evangelio: solos y tristes.

Referencias a la Sagrada Escritura
Referencias a la Sagrada Escritura