Lista de puntos

Hay 11 puntos en «Surco» cuya materia es Testimonio.

Asusta el daño que podemos producir, si nos dejamos arrastrar por el miedo o la vergüenza de mostrarnos como cristianos en la vida ordinaria.

Tengamos la valentía de vivir pública y constantemente conforme a nuestra santa fe.

«Ego palam locutus sum mundo»: Yo he predicado públicamente delante de todo el mundo, responde Jesús a Caifás, cuando se acerca el momento de dar su Vida por nosotros.

—Y, sin embargo, hay cristianos que se avergüenzan de manifestar «palam» —patentemente— veneración al Señor.

Me abordó aquel amigo: “me han dicho que estás enamorado”. —Me quedé muy sorprendido, y sólo se me ocurrió preguntarle el origen de la noticia.

Me confesó que lo leía en mis ojos, que brillaban de alegría.

Quienes han encontrado a Cristo no pueden cerrarse en su ambiente: ¡triste cosa sería ese empequeñecimiento! Han de abrirse en abanico para llegar a todas las almas. Cada uno ha de crear —y de ensanchar— un círculo de amigos, sobre el que influya con su prestigio profesional, con su conducta, con su amistad, procurando que Cristo influya por medio de ese prestigio profesional, de esa conducta, de esa amistad.

Los que huyen cobardemente del sufrimiento, tienen materia de meditación al ver con qué entusiasmo otras almas abrazan el dolor.

No son pocos los hombres y las mujeres que saben padecer cristianamente. Sigamos su ejemplo.

Es difícil gritar al oído de cada uno con un trabajo silencioso, a través del buen cumplimiento de nuestras obligaciones de ciudadanos, para luego exigir nuestros derechos y ponerlos al servicio de la Iglesia y de la sociedad.

Es difícil…, pero es muy eficaz.

Con tu conducta de ciudadano cristiano, muestra a la gente la diferencia que hay entre vivir tristes y vivir alegres; entre sentirse tímidos y sentirse audaces; entre actuar con cautela, con doblez… ¡con hipocresía!, y actuar como hombres sencillos y de una pieza. —En una palabra, entre ser mundanos y ser hijos de Dios.

Ya hace muchos años vi con claridad meridiana un criterio que será siempre válido: el ambiente de la sociedad, con su apartamiento de la fe y la moral cristianas, necesita una nueva forma de vivir y de propagar la verdad eterna del Evangelio: en la misma entraña de la sociedad, del mundo, los hijos de Dios han de brillar por sus virtudes como linternas en la oscuridad —«quasi lucernae lucentes in caliginoso loco».

No te escandalices porque haya malos cristianos, que bullen y no practican. El Señor —escribe el Apóstol— “ha de pagar a cada uno según sus obras”: a ti, por las tuyas; y a mí, por las mías.

—Si tú y yo nos decidimos a portarnos bien, de momento ya habrá dos pillos menos en el mundo.

No basta ser bueno: has de parecerlo. ¿Qué dirías de un rosal que no produjera más que espinas?

Referencias a la Sagrada Escritura
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