Lista de puntos
¡Qué ridícula actitud la de los pobrecitos hombres, cuando negamos una y otra vez pequeñeces al Señor! Pasa el tiempo, las cosas se van viendo con su verdadero relieve,… y nacen la vergüenza y el dolor.
Si luchas de verdad, necesitas hacer examen de conciencia.
Cuida el examen diario: mira si sientes dolor de Amor, porque no tratas a Nuestro Señor como debieras.
Estás avergonzado, delante de Dios y de los demás. Has descubierto en ti roña vieja y renovada: no hay instinto, ni tendencia mala, que no sientas a flor de piel… y tienes la nube de la incertidumbre en el corazón. Además, aparece la tentación cuando menos lo quieres o la esperas, cuando por fatiga afloja tu voluntad.
No sabes ya si te humilla, aunque te duele verte así… Pero que te duela por El, por Amor de El; esta contrición de amor te ayudará a permanecer vigilante, porque la pelea durará mientras vivamos.
Sigues teniendo despistes y faltas, ¡y te duelen! A la vez, caminas con una alegría que parece que te va a hacer estallar.
Por eso, porque te duelen —dolor de amor—, tus fracasos ya no te quitan la paz.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/surco/748/ (05/05/2024)