58

Más: más trato y más unión. Os leo unas palabras que son también de San Juan, que es –humanamente hablando– el Apóstol que más conocía a Jesucristo. «Si manseritis in me, et verba mea in vobis manserint, quodcumque volueritis petetis, et fiet vobis»9; si permanecéis unidos a Mí, y mis palabras, mi doctrina, están en vosotros, cualquier cosa que pidáis se os dará.

Luego esa unión con Jesús, ese trato, ese permanecer en Cristo nos ha de dar una seguridad completa. Yo la tengo, hijos. Porque estas palabras que os estoy comentando –ya os lo he dicho antes– me están sirviendo para mi meditación, para volverme a llenar de alegría en los momentos en los que hay que luchar.

Por eso, porque este alimento me va bien, quiero dároslo también a vosotros: quiero daros la seguridad de que la oración es omnipotente. Pedid mucho, bien unidos unos a otros por la caridad fraterna; pedid además poniendo por medio la intención del Padre, lo que el Padre pide en la Misa, lo que está pidiendo continuamente al Señor. Continuamente, he dicho, y no rectifico: incluso ahora mismo estoy pidiendo, no estoy sólo hablando con vosotros. Hablo con Dios Nuestro Señor, y le pido tantas cosas que son necesarias para la Iglesia y para la Obra; le pido para que quite ciertos impedimentos, que nos obligaron a aceptar al venir a Roma. No os preocupe, pero ya lo sabéis: que no me interesan –ni me han interesado nunca– los votos, ni las botas, ni los botones, ni los botines.

Pedid también por la paz del mundo: que no haya guerras, que se acaben las guerras y los odios. Pedid por la paz social: por que no haya odios de clases, por que la gente se quiera; que sepan convivir, que sepan disculpar, que sepan perdonar; si no, el amor de Cristo no lo veo por ninguna parte.

Hijos míos, vamos a pedir eso mismo a la Santísima Virgen. Cuando no sepáis qué decir al Señor, quizá ni siquiera repetir lo que os estoy diciendo ahora, de este modo, como en una conversación de familia, acudid a la Virgen: Madre mía, que eres Madre de Dios, dime qué le tengo que decir, cómo se lo tengo que decir para que me escuche. Y la Virgen bendita, que es también Madre nuestra, os orientará, os inspirará, y haremos una oración muy bien hecha siempre, y seréis contemplativos.

Notas
9

Jn 15,7.

Referencias a la Sagrada Escritura
Este punto en otro idioma