Lista de puntos

Hay 3 puntos en «Forja» cuya materia es Esperanza → a pesar de las flaquezas.

No me pierdas jamás el sentido de lo sobrenatural. Aunque veas con toda su crudeza tus propias miserias, tus malas inclinaciones —el barro de que estás hecho—, Dios cuenta contigo.

Dile: no veo, Jesús, ni una flor lozana en mi jardín: todas tienen manchas…, parece que todas han perdido su color y su aroma. ¡Pobre de mí! La boca en el estiércol, en el suelo: así. Este es mi lugar propio.

—De este modo —humillándote—, El vencerá en ti, y alcanzarás la victoria.

Te entendí bien, cuando concluías: decididamente casi no llego a borrico…, al borrico que fue el trono de Jesús para entrar en Jerusalén: me quedo formando parte del montoncillo vil de trapos sucios, que desprecia el trapero más pobre.

Pero te comenté: sin embargo, el Señor te ha elegido y quiere que seas instrumento suyo. Por eso, el hecho —real— de verte tan miserable, ha de convertirse en una razón más, para agradecer a Dios su llamada.